Tos ferina 

La tos ferina es una infección respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis, que se adhiere al revestimiento del sistema respiratorio superior (senos paranasales, nariz y garganta). La infección se transmite principalmente a través del contacto entre personas al inhalar o tragar secreciones respiratorias que contienen la bacteria. También puede transmitirse a través del contacto de las manos y la superficie con las secreciones. Una vez infectadas, las bacterias se adhieren a los cilios (similiares al pelo) del tracto respiratorio superior y producen una toxina que daña los cilios y causa hinchazón. 

 

La bacteria que causa la tos ferina se aisló e identificó formalmente en 1906. La invención de la vacuna para prevenir las infecciones por tos ferina ha reducido drásticamente el impacto social. Sin embargo, la OMS estima que todavía existen 16 millones de casos de tos ferina cada año que resultan en 200.000 muertes, principalmente en países en desarrollo donde los niños no están inmunizados.

 

Los bebés tienen más riesgo de contraer tos ferina y aproximadamente la mitad requieren hospitalización. De los bebés hospitalizados, el 1-2% muere por causa de esta enfermedad. Muchos bebés son infectados por sus padres, hermanos mayores o responsables a cargo que no saben que son portadores de la bacteria. La tos ferina ocurre en todo el mundo, pero parece ser solo una enfermedad humana. No se conocen fuentes de animales o insectos.